Crónica de un revolucionario

Friday, July 16, 2021 - 15:34
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CUBA;MEP

No fuimos héroes, pero estuvimos allí.

El domingo 11 de julio mi hija cumplía 23 años. Las redes digitales me habían permitido escucharla y disfrutar de la sonrisa de mi recién nacida nieta.

Esas propias redes también me mantenían al tanto de la salud de mi otra hija menor, contagiada por la COVID, y que en condiciones difíciles, que incluyeron la evacuación de su centro de aislamiento inicial ante el paso de la tormenta tropical Elsa, se mantenía envuelta de amor por el personal médico que velaba por su salud. Solo decir que eran jóvenes estudiantes de medicina en el 5to año de su carrera que sin miedo ni alardes estaban en la zona roja.

Un aviso amigo me puso al tanto de lo que sucedía en San Antonio de los Baños, bastando solo unos pocos minutos para alistar el vestir, las banderas y decirle a nuestro nieto qué debía responder si alguien le contaba. ¡Si pipo, ya ¡Viva Cuba Libre!

La imagen de Roa en el pecho de mi esposa , Fidel en el corazón de ambos, la bandera en alto y el pie en el acelerador nos trajo de vuelta a la ciudad. Sin titubeos, cada quien a su puesto.

Los trabajadores del Ministerio de Economía y Planificación no perdieron tiempo, ni tampoco esperaron instrucciones detalladas. La orden estaba dada y se plantó cara al combate. De aquí, un grupo a Prado y Neptuno y otro a cuidar nuestro predio. En bloque apretado se desplegaron las banderas, se elevaron las voces y nos convertimos en Fidel.

Esas eran sus calles, las que retumbaron con el ¡Patria o Muerte !¡Venceremos!, las que sintieron la bravura de nuestras mujeres. San Lázaro, Belascoaín, Carlos III, vieron pasar libre y firme nuestra bandera , reafirmando que solo una ondeará en esta tierra y que si desecha en menudos pedazos sería esta algún día hasta nuestros muertos alzarían sus brazos para defenderla todavía. Hubo coraje y valentía.

En bloque unido se enfrentaron vende patrias, se conminó a los indecisos, se reverenció a nuestros médicos y científicos y se defendió a la Revolución. El grupo que había quedado en el MEP también respondió directamente al pleito. Incluso cuando las piedras golpearon no hubo retroceso. Hubo estupor, sí, cuando los inescrupulosos utilizaron a niños inocentes como escudos humanos. ¡Qué vileza!!!

Juntos de nuevo, mujeres, jóvenes, cuadros, trabajadores , pueblo en fin, fuimos a la vigilia obrera entrada la noche. La plaza, custodiada por el pueblo uniformado se mostraba como escenario de enfrentamiento. Que maldad. ¿Cuántas veces hemos desfilado unidos por ella? ¿Cuántas veces hemos sentido orgullo de saludar a Martí, a Fidel, a Raúl, a Díaz - Canel?

Fue el domingo, el día en que una conquista revolucionaria pudo ser confundida con un derecho adquirido sin razón , el día en que estuvimos allí esos que también el lunes desenmascaramos las mentiras y manipulaciones de los poderosos medios al servicio del imperio.

Estuvimos, estamos y estaremos allí y donde sea necesario para ratificar con intransigencia revolucionaria que quien intente apoderarse de Cuba recogerá el polvo de su suelo anegado en sangre si no perece en la contienda.

Somos Cuba.

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