Vigencia martiana a 127 años de su muerte

A más de un siglo de distancia, José Martí continúa presente entre nosotros
Beber del pensamiento del hombre que sigue vigente en el sentimiento de una nación es imprescindible para construir el mejor país que queremos y necesitamos
19 Mayo 2022 08:05:45 | Ernesto Ustariz
Se conmemora este 19 de mayo 127 años de la caída en combate de José Martí. Pero a más de un siglo de distancia continúa presente entre nosotros. Y es que a pesar de ser la personalidad más estudiada de nuestra historia, aún sigue dando ideas de qué hacer. Ya lo decía el excepcional José Lezama Lima, ``Martí es ese misterio que nos acompaña´´, que todavía ofrece su sabiduría cual manantial inagotable.
Desde la misma fundación de la República, aquel 20 de mayo de 1902, se reivindicó a Martí como pilar del espíritu nacional. Presencia permanente en el discurso público, fue un símbolo de los nuevos tiempos, de la libertad por la que había luchado, y junto con los grandes próceres, su nombre fue dado a las calles principales de cada pueblo. Pero poco tiempo fue suficiente para notar que su sueño independentista, el más completo de la América decimonónica, había sido frustrado. Mientras los políticos de la llamada seudorepública lo nombraban, sus acciones los alejaban de las aspiraciones martianas. Totalmente diferente ocurrió en el pueblo, y dentro de este con los maestros, que mantuvieron viva la prédica del Apóstol durante la etapa neocolonial, conservando el candil de su pensamiento.
El ideario martiano, sólido en forma y contenido, fue lo que permitió su asunción por las nuevas generaciones. Para Martí no bastaba con lograr la independencia de España, preciso era luchar contra el nuevo imperio que nos amenazaba. No era alcanzar la libertad política como meta, era punto de partida para construir una República democrática basada en la libertad, la igualdad, y la dignidad humana. Estas son las ideas, profundamente trascendentales, sobre las que se funda la nueva revolución, el movimiento que no lo dejaría morir en el año de su Centenario y lo declara autor intelectual de la primera acción, la que echaría a andar una maquinaria imparable.
Una vez alcanzado el triunfo de la Revolución cubana, Martí se convierte en la imagen presente, en el paradigma. Y no es por una suerte de deísmo secular; es que, como dijera Armando Hart, por sus superiores virtudes ``que podemos representar en tres ideas: amor, inteligencia y capacidad de acción´´. Para un proyecto social nuevo, que mezclaba la utopía de realizar lo desconocido con la acción creadora atravesada por profundos valores éticos, tenía que ser natural que encontrara en Martí el paradigma.
Más allá de la acción, la verdadera vigencia de Martí es su ideario, sus valores éticos. La dignidad plena del hombre como ley primera de la República, consagrada en la Constitución, debe ser parte del actuar diario de todos. Nuestro proyecto social, nuevo y perfectible, amenazado desde todos los flancos, debe huir del individualismo y asumir la generosidad, la bondad y la eficacia del ideario martiano. Beber del pensamiento del hombre que desde hace 127 años sigue vigente en el sentimiento de una nación es imprescindible para construir el mejor país que queremos y necesitamos.
Fuente: Tribuna de la Habana