Y Fidel llegó hasta nosotros…
Se dice que todos los seres humanos nacen con un propósito, con una luz. Y hay quienes parecen tenerlo tan claro, que su espíritu se impregna para siempre en la vida de los hombres marcando un antes y un después. En celestes amaneceres como el 13 de agosto de 1926, en Birán, provincia de Holguín, tuvimos la dicha de que aconteciera uno de los nacimientos más reveladores para el futuro de la Patria. Y Fidel llegó hasta nosotros, con tanta flama que iluminó los caminos de esta isla, como un designio para salvar del oprobio y el olvido a tantos hermanos desposeídos, sumidos en la vergüenza de unas tierras colonizadas por la orgía de políticos corruptos y comerciantes deshonestos.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz no sólo se creció en las grandes batallas por la libertad de su pueblo, también estuvo al frente de las transformaciones económicas y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia. Como fundador del primer estado socialista del hemisferio occidental encauzó una política exterior de principios, siempre al lado de las causas más justas y sin temor al enfrentamiento de las agresiones externas. Desplegó todo un magisterio internacionalista que ha hecho de Cuba un componente activo y destacado en los fundamentales procesos políticos que nos ha tocado transitar desde el advenimiento de la Revolución. Su liderazgo indiscutible estuvo al frente del pueblo cubano en las acciones de resistencia ante los efectos del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos desde hace más de sesenta años.
Un Fidel con una visión de futuro siempre inquebrantable, promoviendo el esfuerzo tenaz de los cubanos para superar las graves dificultades y mantener la batalla por el crecimiento y desarrollo económico del país. Pero la materia no suele acompañar la grandeza del infinito ser y aunque hoy físicamente nos podemos verle, su ícono resurge de manera extraordinaria ante cada enfrentamiento, cada decisión de los que tenemos la honrosa tarea de seguir su legado. Y nos estamos solos, porque también velaste por ello, y el mundo conoce nuestra historia. Somos más y más fuertes en ti. Hijo insigne en las diversas batallas, hermano en los momentos de mayor angustia y padre guardián del bienestar de todos los cubanos.
Gracias por llegar hasta nosotros Fidel, por nacer en la Cuba del Caribe, por alcanzarnos con tu luz y darnos la fortaleza de tu eterna presencia. Gracias infinitas Fidel.
Fuente: Yesmin Izquierdo Mitjans
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