En Girón venció la voluntad inquebrantable de Cuba de ser libre e independiente

Luego de la victoria de la Revolución en Enero de 1959 comenzaron los planes desestabilizadores y las agresiones contra Cuba por parte de Estados Unidos. Su objetivo, derrocar el nuevo proceso erigido por el pueblo y para el pueblo, liderado por el Comandante en Jefe, Fidel Castro.

Según informaciones publicadas y desclasificadas, la Operación Pluto fue aprobada por el presidente Eisenhower el 17 de marzo de 1960 y concebido entonces como el proyecto más poderoso jamás organizado por la CIA de los Estados Unidos en estrecha coordinación con el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, con el fin de reclutar y organizar un ejército de exiliados, entrenado y equipado en Guatemala, fundamentalmente en la Base Trax. Muchos de los entrenadores eran ex- militares del régimen sanguinario de Fulgencio Batista y otros resentidos con la Revolución por ésta apostar a una dictadura del proletariado, y no de élites de la rancia oligarquía nacional.

Se preparaba un desembarco aéreo y marítimo para lograr asentarse en una cabeza de playa, “y sin que estuviese directamente implicado el ejército estadounidense”. Y a la cabeza de esa abominable operación contrarrevolucionaria de la denominada Brigada 2506, con amplia participación mercenaria y de la Agencia Central de Inteligencia de EE.UU. estaba el coronel del US Marine Corp., Jack Hawkins,  presentado entonces con el seudónimo de Frank, quien impuso la disciplina, pero también mostró su desprecio y despectivo accionar contra los cubanos participantes a quienes en realidad veía como clase inferior.

De forma significativa señalan revelaciones públicas que el Cuartel General de la Operación Pluto se ubicó en un área restringida del edificio del Pentágono, lo cual demostraba el marcado interés de Washington en que la operación contra Cuba fuera un éxito.  

La estrategia imperial no sólo incluía la invasión, iba acompañada de guerra psicológica y prácticas subversivas; planes de propaganda anticubana a través de emisoras de radio, prensa y televisión regional, además de diseminar volantes contra la Revolución desde el aire. Una de las emisoras pioneras en este vil accionar fue Radio Swan, pero también se emplearon la WRUL y WGBS de Miami, la WKWF de Cayo Hueso, la WWL de New Orleans y la WMIE, de la Florida que continuó su labor contrarrevolucionaria hasta la actualidad, y entre los mal intencionados mensajes estaban los dirigidos a las madres cubanas, textos tan irracionales y graves como estos; ¡Madre cubana!, escucha esto: la próxima ley del gobierno será quitarte a tus hijos desde los cinco hasta los dieciocho años”.

Esas proclamas subversivas tenían la finalidad de crear caos y miedo en las familias, lo que posteriormente se consumaría con la Operación Peter Pan, estrategia malévola que tanto daño ocasionó a niños, adolescentes y padres.

Al mismo tiempo intensificaron el lanzamiento de pancartas a través de avionetas procedentes de cayos de la Florida promoviendo realizar sabotajes, quemar campos de caña, atentar contra dirigentes, divulgando sistemáticas falacias y tergiversación de la realidad de la nación caribeña, algo que hoy en pleno siglo XXI de civilización humana, los inescrupulosos, reaccionarios y sedientos de odio siguen fomentando en redes sociales de Internet.

Eduardo García Delgado. Foto: Tomada de Ecured

Y en ese contexto de preludio de la invasión a la Mayor de las Antillas se produce el 15 de abril de 1961 el ataque directo a la base aérea de San Antonio de los Baños, la pista de Ciudad Libertad y el actual Aeropuerto Internacional Antonio Maceo, en Santiago de Cuba. Y de forma ignominiosa esos aviones iban camuflados con las insignias de la Fuerza Aérea de la Isla. Con ello intentaban provocar confusión, destruir la escasa fuerza área cubana, y asegurar la impunidad de otras incursiones enemigas por vía terrestre previstas para días posteriores.

Esa agresión del día 15 tuvo la respuesta de los jóvenes de la fuerza antiaérea, pero la metralla enemiga asesinó a varias personas e hirió a otras radicadas en lugares próximos a la base. El miliciano Eduardo García Delgado, víctima del fuego de los invasores, antes de morir escribió con su sangre el nombre de Fidel.

Durante el sepelio de las víctimas del bombardeo el 16 de abril, Fidel señaló el carácter socialista del proceso erigido en 1959: "... esta Revolución Socialista la defenderíamos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores".

El miliciano Eduardo García Delgado escribió con su sangre el nombre de Fidel. Foto: Sitio Fidel soldado de las ideas

El máximo líder previó lo inminente de la invasión mercenaria, y el pueblo comenzó a movilizarse en pos de la defensa de la Patria. Y en la madrugada del 17 de abril, el miliciano José Ramón González Suco informó desde Playa Larga que vió luces y movimientos en el mar, por lo que el Batallón 339 fue enviado a la zona y se encontró con la compañía E de los mercenarios, iniciándose el combate. Fuerzas de la Policía, del ejército y pueblo cubanos se sumaron a la batalla contra los invasores y tras la dirección de Fidel fueron erradicados los mercenarios en sólo 66 horas, se rindieron en las arenas de Playa Girón al atardecer del 19 de abril de 1961.

A partir del triunfo se informa a la población el Comunicado entonces número 4 que dice; “Fuerzas del Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales Revolucionarias tomaron por asalto las últimas posiciones que las fuerzas mercenarias invasoras habían ocupado en el territorio nacional. Playa Girón había sido el último punto de los invasores y cayó a las cinco y treinta de la tarde de ese día.

Hijos de la Patria murieron por la metralla de la contrarrevolución y el patrocinio de Washington contra el noble pueblo cubano. Y más de 1 200 prisioneros de esa Brigada 2506 fueron entregados a su dueño, los Estados Unidos de América, que negoció entregar a Cuba, a cambio de sus discípulos, medicinas y alimentos para los niños.

A pesar de la fuerza del enemigo pertrechado con armas, asesores y equipos de combate entregados por Norteamérica, venció la voluntad férrea de la nación cubana de ser libre, y no ceder en el empeño de salvaguardar su plena independencia.

Fuente tomada: Tribuna de La Habana.